el objeto se ha rapado la cabeza, se ha arreglado la barba pero no se ha afeitado los genitales como debía haber hecho. resulta que en este nuevo mundo, donde los influencers no valen nada, y los futbolistas tampoco por cierto, todo el mundo ha empezado a raparse por estar cerradas las peluquerías. ahora todo el mundo hace lo que ha venido haciendo el objeto durante años. hasta ese punto han cambiado las cosas en menos de un mes.
también es cierto que el objeto lo hace por devoción, sumisión y obediencia pero eso no invalida el hecho de que los demás también lo hacen cuando hace apenas quince días iba a la peluquería cada semana.
el Dueño está preocupado. sus negocios se resienten de la crisis y todos los días trabaja desde casa, incluido sábados y domingos. además esa en el centro de la pandemia en españa, madrid y debe extremar los cuidados. el objeto se arrepiente mucho de no estar allí y servirles como desahogo pero esto nos cogió separados. aún así fue providencial que el objeto pudiera ir a servirle justo antes de que todo estallara. aún recuerda el objeto en el aeropuerto ver a gente con guantes y mascarillas y pensar que eran unos exagerados. supone que lo pensaba todo el mundo. por eso hay que ser cuidadoso con los juicios de valor.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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