últimamente el Dueño repite mucho que el objeto solo tiene que obedecer, obedecer y obedecer. lo repite tres veces, como si una no fuera suficiente. el objeto no cree que lo haga porque esto sea desobediente, sino porque al final, la sumisión se reduce a eso, a obedecer.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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