cuando el objeto se despierta todo parece organizado y encaminado a tener presente al Dueño: la jaula, el tiempo de meditación, las botas. el Dueño ha organizado la vida del objeto para que no pueda olvidar lo que es y a quien pertenece.
todo comienza con el saludo que tiene que hacer el objeto suplicando al Dueño permiso para vivir un día más. hasta que no llega es como si esto no pudiera empezar.
durante el resto del día todo gira alrededor del Dueño teniendo que suplicar permiso para cualquier cosa o reportando como ha ido todo. por si eso fuera poco la conexión entre el Dueño y el objeto es tal que parece que El sabe lo que siente el objeto en todo momento.
esto nota como el Dueño se va radicalizando cada vez más. es una relación de reciprocidad, el objeto responde a ello volivéndose cada vez más objeto y a su vez el Dueño responde tratando más a esto como a un objeto.
lo que tiene claro el objeto, porque así lo ha dicho el Dueño, es que este proceso es definitivo e irreversible. que cada vez irá a más y a más, hasta que no quede rastro del ser que era el objeto antes de ser propiedad del Dueño.
llegará un momento en que esto olvide todo lo anterior a ese momento, a cuando pretendía ser humano y se comportaba como si tuviera el control y las riendas de su vida. vivía esa fantasía estúpida e inútil porque nada era más alejado de la realidad.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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