por la tarde el objeto se dedicó a algo que debió haber hecho hace tiempo: limpiar todas las botas. hacía que no las limpiaba y abetunaba y le dedicó todo el tiempo necesario.
lo primero que hizo fue quitarles el polvo, con una pequeña gamuza. a continuación cogió el betún y empezó a restregarlo con la superficie hasta que estuvieron completamente limpias. luego las abrillantó, pasando de nuevo la gamuza. más que limpiarlas el objeto, parecía que las botas son una cosa que el Dueño ha metido en la vida del objeto. antes de convertirse en su propiedad las botas atraían al objeto, pero no las llevaba, y mucho menos a diario. actualmente el objeto no lleva otra cosa y son una prueba de su devoción hacia el Dueño. para su entorno, el objeto ya está identificado como un botero, que a veces capta la atención de la gente, pero que en sus lugares habituales ya pasa desapercibido.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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