hoy Dueño y objeto mantuvieron una de esas conversaciones calmadas, en las que los dos estábamos perfectamente sincronizados y afinados en la misma onda. fue increíble. nuevamente el objeto se sintió enjaulado y encarcelado por el Dueño. la devoción que siente por El no es equiparable a nada que recuerde el objeto.
quedan menos de quince días para que esté en Su presencia y, como en otras ocasiones, el objeto teme el momento de verlo, porque será un momento duro, toda la visita lo será. el objeto tiene miedo de meter la pata, de no cubrir las expectativas del Dueño, de meter la pata, de cometer alguna falta. si bien es cierto que el Dueño le dice que si obedece no fallará, el objeto se siente tan inferior que no quiere fallarle.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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