hoy se ha puesto más en evidencia, hablando con el Dueño, la diferencia entre dolor y sufrimiento. echando la vista atrás, el objeto reconoce que, antes de que el Dueño lo encontrara, su vida era un completo sufrimiento. no estaba a gusto en ninguna parte, no se sentía encajar en ningún sitio. era como si fuera un extranjero de sí mismo. aquello era puro sufrimiento, aunque el objeto vivía engañado pensando que no, que era feliz y que estaba a gusto. todo esto se puso en evidencia cuando apareció el Dueño y el entrenamiento le demostró que todo eso no era más que un recurso del ego para seguir dominando al objeto. a base de dolor el sufrimiento desapareció. fue el dolor de las muñecas al ser esposado o atado, el dolor del apéndice cuando fue enjaulado, el dolor de fallar al Dueño cuando Este le castigaba. a medida que el ego desaparecía también lo hacía el sufrimiento, aunque el dolor siguiera presente. el dolor es por definición limitado, concreto, con un principio y un fin. el sufrimiento es un estado casi permanente que lleva a la no existencia. hoy el objeto sabe que en su vida habrá dolor y además espera que mucho porque el dolor purifica y castiga al ego, lo hace huir. esto es lo que espera el objeto para el nuevo año, lo que suplica al Dueño cada día y desde aquí.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega
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