lunes, 27 de enero de 2020

día 3665 de esclavitud, 1637 de castidad

el objeto a veces se despista y se sale del camino. eso ha ocurrido en las últimas dos semanas y se ha traducido en un estado de malestar para el objeto, malestar psicológico sobre todo. ha estado más triste y preocupado de lo normal. sin llegar a ese punto le recordó al estado en el que estaba antes de conocer al Dueño y ser esclavizado por Él.
después de una mañana relativamente tranquila en el trabajo el dueño mantuvo una conversación con el objeto mediante mensajes ya que desde que ordenó que no volvería a estar en Su Presencia sin amordazar, esto no ha vuelto a hablar con el Dueño.
la conversación fue larga pero se resume en que el Dueño volvió a centrar al objeto y a encauzarlo por el camino correcto. fue una puesta firma con todas las letras y consecuencias. el Dueño casi se enfada y el objeto empezó a temblar ante esa idea.
la cuestión central es tan sencilla como radical: el objeto se siente mal porque no tiene presente al Dueño en todo momento, porque el Dueño no es lo único, lo principal en la vida del objeto. al objeto le sorprendió un pensamiento tan real como sencillo, como evidente, y se preguntó cómo pudo olvidarlo en algún momento.
el Dueño hábilmente combinó las caricias con las bofetadas, metafóricas porque seguimos separados, pero no por ello menos reales ya que el objeto sintió tanto unas como otras.
al final de la conversación la situación del objeto era clara: no había barreras, el ego había desaparecido y solo quedaba una cosa obediente, sin libertad, sin identidad, sin voz y sin sexo.
"Lo único que tienes que hacer para estar en paz es pensar en mi y tenerme presente en todo momento "; dijo el Dueño. con esa idea el objeto se retiró or orden del Dueño.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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