una cosa es decirlo y otra sentir como nada depende de tí ya. ahora es el silencio. igual que llegó el momento en que el objeto aborreció su apéndice cuando el Dueño dijo que le molestaba verlo; ahora ocurre lo mismo con el mero hecho de hablar.
hace un par de días el Dueño dijo que este año iba a ser el año del silencio y que profundizaría en la objetificación del objeto. ha tardado menos de cinco días en conseguirlo.
el objeto no deja de maravillarse de esta capacidad del Dueño para llevarlo siempre más lejos, más profundo, más allá de donde está o ha estado siempre.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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