muchas veces el objeto se siente confuso entre dos realidades que son antagónicas, al menos en principio. por un lado siente una fuerte necesidad de pertenencia a una comunidad que conoce por las redes sociales. al mismo tiempo sabe que su existencia como objeto implica soledad y aislamiento, dependencia total y absoluta del Amo, Dueño y Señor. dependiendo del día, de las circunstancias, el objeto se mueve entre una y otra. sin embargo debe admitir que en los últimos tiempos la segunda opción es la más fuerte e intensa.
la comunidad implica relaciones, contacto, interacción, y el objeto cada vez está más lejos de todo eso. de hecho algunos de los lederones, Amos y sumisos, más populares de las redes, han venido a gran canaria, al sur de la isla, pero el objeto se ha visto incapaz de verlos o hablar con ellos. ni siquiera le ha preguntado ¿qué razón tendría para quedar con ellos? ¿qué sentido? ¿de qué hablarían? nada. ninguno. el objeto sólo es un objeto. ni siquiera tiene derecho a dirigirles la palabra. los Superiores son Superiores. cualquiera es Superior al objeto.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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