a primera hora, tras el saludo, el Dueño preguntó al objeto "¿Qué pones bajo mis botas?" a lo que el objeto respondió: toda la vida, Dueño. entonces el Dueño ordenó que el objeto pasara el día estudiando, escribiendo y relajándose, pero en silencio, el mayor silencio posible.
a media tarde el objeto se rapó al uno, como viene haciendo desde hace algunos meses. un objeto no tiene derecho a ser presumido, es algo que proviene del ego. ni tampoco gastarse en peluquería o estar a la moda, a menos que el Dueño así lo quiera y desee.
además para el objeto rasparse es un acto de humildad y humillación porque también se desprende de lo que sobra.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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