sábado, 23 de noviembre de 2019

día 3600 de esclavitud, 1572 de castidad

segundo día sirviendo al Dueño. el objeto despertó y se duchó bajo la supervisión del Dueño. luego estuvo encerrado toda la mañana leyendo y escribiendo, aislado y en silencio. en su vida normal el objeto apenas tiene tiempo para esto, para estar en silencio leyendo o escribiendo, de ahí el retraso del blog. por eso este tiempo también es un regalo que el Dueño hace al objeto.
a última hora de la mañana el Dueño entró en la celda del objeto y le ordenó que se preparara para un juego de rol. el objeto no tendría mas remedio que hablar pero era una orden del Dueño, que estableció las grandes líneas del juego. el objeto obedeció y lo hizo. la cuestión es que, al final, el objeto se encontró en una silla, desnudo y atado de pies y manos. y el juego terminó casi sin darse cuenta y empezó a ponerse serio.
el Dueño trajo la mordaza de bola y se la metió en la boca. luego le puso dos pinzas en los pezones y empezó a jugar con ellas con la fusta. el dolor no era un juego y el objeto supo que se había terminado el rol. a continuación le colocó la capucha que le había puesto ayer, de cuero sin aperturas para los ojos o la boca, solo la nariz. el objeto empezó a mover la cabeza y entonces el Dueño le dio una bofetada que golpeó también el oído, por lo que el dolor fue intenso.
el objeto comenzó a llorar. las lágrimas le caían, parte por el dolor, parte por la sorpresa, parte por alegría de ser torturado por el Dueño.
quitó la capucha al objeto y lo llevó a la habitación donde lo tiró en la cama y empezó a meterle la fusta por el culo. dolía mucho y el objeto seguía llorando. no sabía si el Dueño se había dado cuenta o no pero no podía evitarlo. en un momento dado el objeto deseó que parase todo.
el Dueño hizo un hogtied con el objeto, atando sus botas a las muñecas, o eso le pareció al objeto porque no estaba seguro. de hecho se daba cuenta de pocas cosas. todo estaba en manos del Dueño, que de pronto y sin aviso previo se corrió y fue al baño a lavarse, mientras dejaba al objeto tirado en la cama.
al regresar desató al objeto y lo acarició, los famosos aftercare en los que el Dueño es prolijo, y empieza y usa a fondo. Entonces habló:
"Quiero que te ordeñes, que te saques la leche. A partir de ahora sólo te ordeñarás en mi presencia pero no es un castigo. Es algo que te ordeno que hagas".
el objeto estaba confuso. sacarse la leche habría sido un castigo previamente, para nada una especie de premio y el objeto, por un segundo, pensó que el Dueño lo castigaba por no haberle servido bien, pero el Dueño en su sabiduría, se adelantó y le dijo que no era un castigo.
el objeto comenzó a simular una masturbación con la jaula puesta. tenía el nado, con el nub hubiera sido imposible. no había forma de que se pusiera dura, incluso dentro de la jaula. previendo esa situación y la ansiedad que producía en el objeto, el Dueño dijo:
"No te preocupes si no puedes. Eso también es cosa mia. Yo te he castrado. No te preocupes".
pero entonces el objeto miró al Dueño y lo vio allí, desnudo salvo por las botas de cuero altas. se subió a la cama donde estaba tumbado el objeto y le puso la bota izquierda sobre su cuello. la imagen era espectacular, aquello que siempre deseó el objeto estaba allí. era su Amo, Dueño, Señor, Propietario y le pertenecía. el objeto se ordenó en unos segundos.
el dolor fue tan intenso que cualquiera desde fuera creería que había tenido un orgasmo. el Dueño tuvo que abrazar al objeto. los sentimientos eran dolor, vergüenza y asco, porque salio una cantidad ingente de leche.
el objeto seguía sin pronunciar palabra y el Dueño le ordenó limpiarse en el baño. a continuación lo volvió a encerrar en la celda donde el objeto comió y pasó la primera parte de la tarde, en silencio, leyendo y escribiendo.
el objeto miraba alrededor y veía las botas del Dueño y se sentía muy afortunado por poder estar aquí, así.
sobre las seis el Dueño abrió la puerta de la celda y le dice al objeto que le va a permitir dar una vuelta para airearse. El se encontraría con el objeto en un rato. el objeto llevaba casi dos días sin salir de la habitación donde estaba y sin pronunciar palabra.
el objeto se vistió por orden del Dueño y se fue a la calle. el frío le sentó my bien. caminando fue hasta chueca y entró en una cafetería de la calle hortaleza donde tomó un café con leche y una magdalena de chocolate. en la cafetería había calefacción así que el objeto se quitó la chaqueta haciendo visibles los grilletes que tenía en las muñecas. una pareja gay, más o menos de la edad del objeto, pidieron y se sentaron al lado del objeto, echando una mirada furtiva intentando descubrir qué llevaba el objeto en las muñecas. eso cortó un poco al objeto.
cuando terminó salió de allí y dio una vuelta por la zona, entrando en sr, que le resultó una decepción como en ocasiones anteriores. no hay punto de comparación en cuento a material y trato con la tienda fetish. de ahí fue a berkana, la librería, donde encontró cuatro libros que no tenía y que compró con permiso del Dueño. este lo llamó que estaba en callao y que iba a una tienda de discos y emplazó al objeto a verlo en fnac en media hora.
caminar por gran via se hizo toda una aventura por la cantidad de gente que había. se inauguraba la iluminación navideña y la calle estaba imposible. el objeto encontró al Dueño en fnac y de allí fuimos a un café en chueca, donde estuvimos un buen rato.
la siguiente parada fue una terraza en la misma plaza de chueca donde estuvimos otro rato haciendo tiempo para ir a cenar. cenamos en vips y de ahí a casa, donde el objeto volvió a dormir en el suelo de la celda.
durante el paseo el objeto reflexionó sobre la mañana y sintió un poco de vergüenza. es cierto que mientras el Dueño lo "torturaba" el objeto deseaba que terminase. nunca se ha definido como un masoquista pero una vez pasado, ya por la tarde, el objeto deseó que hubiera durado más y hubiera sido más duro. es una nueva paradoja. el objeto, metido en el fregado quiere que termine y tiene miedo que el dolor sea muy intenso. sin embargo cuando acaba le parece poco y necesita más. debe haber algo por debajo que el objeto aún no ha conseguido identificar.
ya tiene claro que no le importa el dolor pero rechaza el sufrimiento. tal vez lo que le falta sea aceptar el dolor cuando se presenta y saber que el dolor, siempre pasa, siempre. es algo temporal. en muchas ocasiones el objeto ha experimentado que puede soportar mucho más de lo que creía inicialmente.
tal vez sea una cuestión de confianza en el Dueño, de que no irá más lejos de lo que el objeto pueda soportar. como todos los miedos es irracional porque el Dueño ha demostrado que es un gran Amo y Dueño y que todo lo que hace al objeto es por su bien.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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