el objeto durmió de un tirón en el suelo de su celda solo con una esterilla y una manta. el objeto se sintió feliz porque estaba almacenado con el resto de las botas del Dueño, como cualquier otras propiedad.
después de ducharse y desayunar, el objeto fue encerrado en su celda donde estuvo leyendo y escribiendo en paz y silencio absoluto. cada vez que el Dueño le preguntaba algo, contestaba escribiendo en un cuaderno que tiene para eso. así estuvo gran parte de la mañana, escribiendo y leyendo con los grilletes unidos por delante.
a media mañana llegó el Dueño y le dijo al objeto que se aislara, con unos cascos antiruidos y un antifaz cerrado, de los que no dejan ver nada. así con tres cosas: la mordaza, los cascos y el antifaz, el objeto quedó aislado completamente. así paso un tiempo que no puede precisar porque había perdido la noción del tiempo.
hacía tanto tiempo que el objeto no estaba así, en silencio, a oscuras y sin oír ningún ruido. cree que desde la última vez que estuvo encerrado en la celda del Dueño, en junio.
así estuvo al menos un par de horas, hasta que el Dueño vino a sacarlo de esa oscuridad. el tiempo, hasta la comida, que fue poco, la dedicó el objeto a escribir. tenía algún retraso en el blog pero se ha puesto al día aquí.
la comida fue complicada. el objeto come en su celda, lo cual es humillante, y el Dueño le trajo pollo con arroz pero intentar comer con las manos esposadas por delante es muy difícil, extremadamente difícil.
después de comer el objeto estuvo poco tiempo en su celda hasta que el Dueño lo sacó para usarlo. le ordenó que eligiera unas botas para Él y el objeto cogió unas marrones repujadas con trozos de piel de serpiente. el objeto llevaba las altas de goma. todavía con los grilletes unidos por delante el Dueño ordenó que lo excitara y así lo hizo el objeto.
como ayer, el Dueño comenzó a "follar" la mente del objeto diciéndole que ver su apéndice ayer era una ofensa que necesitaba un castigo, o que merecía que lo castigara sin piedad. todo eso lo decía mientras el objeto le comía la poya. la excitación de los dos iba en aumento, muy en aumento. el Dueño cogió una bolsa y se lo puso en la cabeza al objeto mientras la cerraba apretándola con sus botas. "Tu vida me pertenece y puedo disponer de ella", decía. el objeto notaba como le iba faltando el aire. entonces el Dueño se la quitó y empezó a abofetear al objeto, y así se corrió otra vez.
después de lavarse, ordenó al objeto que se acostara con él junto a la cama y se quedara dormido. el objeto obedeció y cuando se despertó habían pasado tres horas, una larga siesta. el objeto ha dormido muy poco en las últimas semanas.
tras un pequeño espacio de tiempo en la celda de nuevo, el Dueño volvió a sacarlo para usarlo. después de un momento en la cama llevó al objeto al baño donde unió los grilletes a la espalda, puso al objeto la mordaza de bola y ató las botas. trajo la fusta y comenzó como ayer. entonces el objeto comenzó a sentir miedo de una forma incontrolable. no es el miedo de andar por un cementerio a oscuras, o pasar por una calle peligrosa de noche. es el miedo de antes de subirte a una montaña rusa. era tan incontrolable que el objeto comenzó a temblar. no sabe si fue or eso pero el Dueño se corrió pronto viendo al objeto así.
el Dueño trajo una capucha y se la puso al objeto, una que cubría completamente su cara y su rostro. luego se lo quitó y volvió a ponerle la mordaza de bola, dejándolo allí.
fue entonces cuando el objeto entró en subspace, un subspace cada vez más profundo y profundo. el Dueño estaba en la cama leyendo mientras al lado, por la puerta abierta, controlaba a un objeto que iba perdiendo paulatinamente todo control sobre su cuerpo.
tenía las manos detrás, las botas de los pies atados y la mordaza puesta pero el auténtico encierro estaba en su mente que iba perdiendo el control. tal vez la forma más gráfica de decirlo sea decir que el objeto se sentía en un pozo que estaba en una mazmorra, que estaba en un sótano de una casa. sólo había oscuridad y silencio.
el objeto empezó a pedir ayuda pero solo le salía un pequeño gemido. temía haber ido demasiado abajo. el Dueño lo oyó y miró. había pasado un tiempo. realmente el objeto quería moverse y decirle que le ayudara pero era imposible.
el Dueño lo que hizo fue poner un trozo de tela sobre la mordaza y sujetar la cabeza del objeto como si lo amordazara más con la mano y tapándole la nariz. esto no podía hacer nada salvo pedir auxilio que supone el Dueño interpretó como un gemido de placer. nunca hasta a hora el objeto se sintió tan indefenso y encerrado en su propio cuerpo. pensó que un coma debería ser algo así. cuando el Dueño se corrió por tercera vez hoy dejó allí al objeto que seguía en ese agujero profundo.
durante un tiempo que el objeto no podría cuantificar porque había perdido cualquier noción, cualquier referencia. intentó en varias ocasiones salir pero le fue imposible. el cuerpo no le respondía. era consciente de todo pero no podía hacer nada.
los grilletes le dolían porque estaban tensas pero no podía evitarlo. si no hubiera estado aquí antes le habría asaltado al objeto pánico. no fue así y mantuvo la calma hasta que llegó el Dueño.
Él se dio cuenta de la situación y empezó a sacar al objeto de ese estado. fue una mezcla de órdenes y caricias, autoridad y comprensión y apoyo. primero obligó al objeto a abrir los ojos, luego a mirarlo y finalmente a mover partes de su cuerpo hasta que el objeto volvió en sí.
el objeto era un trozo de carne vacía. no sentía nada sino paz y tranquilidad. no tenía ningún pensamiento, ni voluntad, ni deseos. era un objeto, un muñeco manejado por el Dueño.
cuando el Dueño le preguntó al objeto, esto escribió que se estaba despidiendo de su humanidad. cuando regresa del subspace, especialmente de un estado tan profundo, el objeto se siente totalmente entregado de forma que no le costaría obedecer la orden más dura y radical del Dueño.
tras eso poco se podía hacer. el Dueño llevó al objeto a su celda, rodeado de las botas del Dueño. allí cenó y allí permaneció hasta la hora de acostarse. el objeto volvió a dormir en el suelo, sobre una esterilla y con un edredón encima. el Dueño fue tan generoso como para dar al objeto una almohada. es duro el suelo pero el objeto no merece otra cosa y de hecho es un privilegio dormir rodeado por las botas del Dueño.
el objeto llegó el jueves por la noche. han pasado 24 horas y el objeto no ha pronunciado ni una sola palabra. ha estado en silencio absoluto y sólo se ha comunicado con el Dueño por escrito. el objeto se siente incapaz de hablar e incluso de mirar directamente al Dueño. ante Él esto se siente sumiso y profundamente controlado.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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