un día completo en casa, sin tener que salir ni al trabajo ni a nada. ya casi no recuerda el objeto la última vez que lo hizo. le sirvió para descansar de esta semana y para hacer algunas cosas que tenía pendientes para la próxima.
durante todo el día al objeto le costó concentrarse en cualquier cosa y estuvo mandándole mensajes al Dueño. en un par de día, el jueves, el objeto cogerá un avión para ir a servirle y estar bajo sus botas, ser usado por Él. nos vimos hace unas semanas pero no fue más que una tarde. esta vez serán cuatro días en los que ya ha dicho el Dueño que el objeto no hablará ni saldrá de su celda.
regresa la perspectiva de una vida encerrada y en silencio absoluto sin ver a nadie más que al Dueño y servirle y darle placer. desde lo que pasó el 12 de agosto esto siente por el Dueño un temor reverencial, que se traduce en no poder hablar en su presencia, ni mirarlo. el Dueño, con una palabra, puede arrasar al objeto y hundirlo en la más profunda miseria. su control es absoluto, igual que su poder.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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