el objeto sabe, y experimenta cada día, que todo es una concesión, un regalo, un permiso que el Dueño hace y concede al objeto. hoy ha sido un día muy intenso por cuestiones de trabajo, mañana y tarde. el Dueño dio permiso al objeto para que acudiera a varios encuentros. por supuesto tuvo que ir con botas, ese es el requisito indispensable casi para existir, y se han convertido en un signo de identidad del objeto frente a los humanos. cuando el día terminó el objeto estaba agotado y el objeto se sentía alienado porque llevaba todo el día relacionándose con humanos y haciéndose pasar por uno.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
No hay comentarios:
Publicar un comentario