en el proceso de enfrentarse con tu propia inferioridad hay etapas, momentos que uno no debería saltarse. hoy vemos uno de esos procesos: el de animalización. humillado hasta el punto de cruzar la frontera de la humanidad. la jaula le quita la masculinidad y el control sobre el placer, al menos sobre el placer tradicional. se supone que la cola, introducida en el ano debe estar estimulando la próstata provocando otro tipo de placer, un placer diferente, no reconocido por los normales, los heteros, los iguales, los respetables. arrodillarse parece lo más evidente, lo más lógico. el bipedismo es una cualidad humana y esto ha dejado de serlo.
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