los procesos psicológicos que acompañan la sumisión son muy complejos y profundos. de hecho son hasta peligrosos y no deberíamos circular por ellos sin un cuidado y una precaución. el Dominante es quien tiene aquí la responsabilidad y cuando "rompe" a un sumiso, debe tener la capacidad de ofrecerle una alternativa. en el bdsm rompemos al sumiso no para destruirlo sino como forma de nacimiento, de crecimiento.
hay mucha fuerza en la sumisión de un inferior hacia un Superior, una energía que fluye entre ambos y que debe ser bien encauzada a riesgo de ser peligrosa. no es algo para tomárselo a broma. en el bdsm no destruimos, a pesar de que siempre se ha vinculado con el impulso de muerte. cada golpe, cada latigazo, cada minuto atado y encadenado tiene como finalidad liberar la naturaleza que se esconde en su interior.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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