hoy sí que ha sido un día duro porque el objeto ha tenido que ser muy humano, comportarse como un humano demasiado. pero al menos el día terminó en el trabajo y el objeto fue a comer con unos conocidos. ya había cumplido el castigo de esta salida.
estuvo bien, a veces necesita el objeto olvidarse de todo, aunque parezca ser humano. es como cuando está atado, inmóvil, puede relajarse hasta el punto de perder el control sobre todo. entonces se olvida hasta de lo que es. el Dueño ordenó que llevara las botas de madrid y alguno hizo un comentario al respecto "que eran bonitas", dijo. no se había dado cuenta de que las había llevado antes, de que las llevaba siempre de hecho.
cuando llegó la noche el objeto empezó a sentirse mal por algunas cosas del trabajo y, porque durante toda la semana la tensión por lo que tiene que parecer ser humano es demasiada. un objeto tiene sus límites.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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