en algunos momentos, algunos días, el objeto se siente más sumiso que otras veces y cada vez más se identifica con un objeto, lo que hace que hablar, pensar, creer, opinar... sea una inutilidad, algo que cada vez rechaza más el objeto. no es extraño ni casual que eso le recuerde ciertas prácticas religiosas. como ese budismo que aboga por la eliminación de la personalidad, del ego. desaparecer es algo que muchos desean y sueñan. hay toda una corriente en el bdsm que aboga por eso bajo la despersonalización y la deshumanización.
ser propietario de un objeto significa serlo realmente, no de un hombre ni de una mujer. para que esto sea una realidad, por ambas partes, el objeto debe ser privado de cualquier rasgo que le haga creer humano, o que le recuerde que alguna vez lo fue.
en el caso del objeto la identidad está centrada en los recuerdos. solo existe el presente y lo único que produce la identidad es la unión de los momentos vividos mediante los recuerdos.
en las sesiones más intensas se produce ese efecto, el tiempo desaparece. cuando las sensaciones son demasiado fuertes, bien dolorosas o placenteras, o ambas, la personalidad desaparece, por eso el inferior y supone el objeto que también el Superior, se sienten unidos con el universo, con el todo.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
lunes, 2 de septiembre de 2019
día 3518 de esclavitud, 1490 de castidad
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