hay un momento, casi religioso, en el que la separación entre el inferior y el Superior se diluye y desaparece. el Amo sigue siendo Él, pero el sumiso se ha entregado de tal forma que deja de tener conciencia de si mismo. ocurre en unos pocos segundos y no se suele mantener durante mucho tiempo, pero es el momento cumbre de la sumisión, una entrega total y absoluta que hace que el esclavo obedezca ciegamente, como si fuera un miembro más del Amo. en esos instantes todo desaparece salvo el Amo, salvo el Dueño. el único tacto que se siente es el de su cuero, el único sonido el de su respiración, el único pensamiento: servirle y obedecerle.
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