el objeto se levantó muy temprano para trabajar y estuvo todo el día condicionado por ello. estuvo cansado pero terminó todo lo que tenía pendiente. el Dueño, siempre presente, controlaba donde estaba el objeto y lo que hacía. en determinados momentos del día el Dueño le enviaba mensajes al objeto para saber que estaba siendo controlado, supervisado, sometido. y el objeto agradecía todos y cada uno de los mensajes.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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