incluso en montajes exagerados como este, el objeto no puede evitar cierta excitación, dolorosa gracias a la jaula, pero excitación al fin y al cabo, ya que ese es el sentido de un fetiche. ya hemos hablado suficientemente de cómo el bondage es el fetiche por excelencia y como nunca se tiene suficiente, nunca es demasiado. cuanto más cuerda, cuanto más apretado, cuanto más inmóvil, mejor.
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