como una especie de tortura china, de gota que va golpeando la roca hasta romperla, los deseos del Dueño van perforando la mente del objeto. ya lo he hecho varias veces. sencillamente dice "me gustaría" a "quiero", y de pronto eso se convierte en una obsesión para el objeto hasta que le suplica al Duero que lo convierta en una ley, en un mandato y aquello que parecía imposible se convierte en una necesidad para el objeto.
así ocurrió la primera vez que el Dueño dijo "me gustaría tenerte amordazado siempre". en otro momento el objeto habría pensado que era imposible, no se puede tener a nadie permanentemente amordazado. sin embargo esa idea bajó y bajó y bajó hasta que, tiempo después, el objeto suplicó que lo mantuviera permanentemente amordazado, pero es que no solo es eso, sino que el objeto empezó a sentirse mal cuando hablaba demasiado tanto física como psicológicamente. el último paso lo dio el Dueño cuando dijo que el objeto debe vivir en silencio y no hablar salvo en caso de emergencia o necesidad por orden del Dueño. la mina ha pasado, o está pasando mejor dicho, con las ataduras. en otro tiempo pareció imposible poder estar atado de una forma u otra todo el día pero ahora el objeto necesita.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega
miércoles, 24 de abril de 2019
día 3387 de esclavitud, 1359 de castidad
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario