uno de los mayores regalos que el Dueño ha hecho al objeto es el silencio. un objeto no debe hablar, no debería hablar nunca. sus opiniones, sus pensamientos no merecen más atención que la que el Dueño quiera darle, y si es ninguna, ninguna. el fin de las mordazas es ese, acostumbrar al cuerpo del objeto de que no debe hablar, de que no tiene sentido hacerlo. la FdD es un montaje, una composición, pero podría ser perfectamente real, desearía el objeto que fuera completamente real. poder cerrar la boca a voluntad del Dominante. sería un estupendo implante para cualquier inferior. sin embargo para el objeto casi ya no es necesario. basta una palabra del Dueño para que la boca del objeto se cierre como si tuviera efectivamente una cremallera en la boca. más concretamente el objeto siente como si se la pegaran. el objeto ya no puede hablar desde ese momento y hasta que el Dueño vuelva a ordenárselo. es el mayor regalo que el Dueño ha hecho al objeto.
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