un día tranquilo como hacía tiempo que no tenía el objeto. por la tarde suplicó permiso al Dueño para quedar con unos amigos y el Dueño se lo concedió. por supuesto el objeto fue con las botas, siempre va con ellas y, salvo cuando va a hacer deporte. el objeto ya no se siente bien sin ellas, sin llevarlas. ponerse unos zapatos le parece algo antinatural ya, contrario a la naturaleza del objeto. y esto no es mérito suyo ni mucho menos, sino del Dueño.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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