el objeto tenía que recibir un castigo desde hace tiempo pero las circunstancias no lo habían permitido. hoy el Dueño castigo al objeto. las órdenes fueron las habituales: botas de goma, collar ancho de cuero, mordaza de cinta americana, varias vueltas, y buttplug.
como suele siendo habitual también tuvo que ponerse las pinzas en los pezones. el proceso suele ser siempre igual: las pinzas comenzaron un dolor intenso pero luego se hace más llevadero, justo al contrario que el buttplug que entra bien pero a medida que pasa el tiempo se vuelve una auténtica tortura.
el objeto pasó hora y media con las pinzas. al quitárselas y volver el riego sanguíneo a los pezones el dolor fue muy intenso, intensísimo. durante toda la tarde, a cada paso que daba el objeto notaba el roce de la camisa con los pezones, haciendo que un escalofrío lo recorriera. era un recordatorio permanente del castigo del Dueño. el buttplug fue a pero en el sentido que presionaba cada vez más la próstata. el objeto se sentía invadido, violado, poseído.
todo el tiempo estuvo amordazado y el efecto psicológico fue muy profundo. el objeto entró pronto en subspace, un profundo subspace. el Dueño había llamado al objeto por teléfono a primera hora para dar las instrucciones y bastó oír su voz para caer en ese estado.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
sábado, 5 de enero de 2019
día 3278 de esclavitud, 1250 de castidad
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