en la mente del objeto hay binomios establecidos que no se pueden desvincular ya: botas-autoridad, castidad-sumisión, cuero-poder, Superiores-inferiores. posiblemente para el objeto la vida sea más fácil que para la mayoría, porque estos binomios ayudan a simplificar. además en caso de duda basta que el Dueño decida. entiende el objeto que para alguien versado en la ideología moderna de la libertad absoluta como valor prioritario esto le pueda parecer monstruoso, pero precisamente el objeto está llevando esa ideología hasta sus últimas consecuencias, libremente decide dejar de ser libre. nadie obliga al objeto a arrodillarse ante las botas del Dueño, lamerlas y besarlas como forma de sumisión y obediencia, y cumplir sus deseos, que se convierten en mandamientos para el objeto. ante esto alguien puede decir, "pues entonces sigues siendo libre". hasta cierto punto, porque es cierto que el objeto "eligió" servir al Dueño, pero ha llegado un punto en que no puede vivir sin El, sin su control. el entrenamiento ha dado sus frutos. ahora el objeto no vale más que cualquiera de las botas del Dueño, y es un honor y un privilegio ser una de sus propiedades.
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