hay escenas, como la de hoy, ante las que el objeto siente una sumisión profunda y natural. algo en su interior le dice que no puede ser igual que el Superior de la foto, que algo va mal si piensa que puede relacionarse con él al mismo nivel. tal vez sean la botas, tal vez la actitud, o ambas cosas, pero el hecho es que el objeto ve que no son equiparables. ahora, después del entrenamiento del Dueño, el objeto ha tomado conciencia de las incongruencias que le hacían ser infeliz: considerar que todos somos iguales, que la libertad es el valor máximo o que el éxito social era la mayor aspiración que podía tener. nada de esto es cierto. están en la sociedad, pero no son más que ideas que son cuestionadas por la realidad y hacemos malabarismos y comulgamos con ruedas de molino con tal de mantenerlas. el objeto ya no puede hacer eso. ante una imagen como esta sólo puede aceptar su propia inferioridad, humillarse y obedecer al Dueño en todo.
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