viernes, 9 de noviembre de 2018

FdD extremos



en una cultura patriarcal machista el falo es un símbolo de poder y autoridad. cuanto más grande lo primero, más de lo segundo. el bdsm ha asumido aparentemente, esa cultura patriarcal, siendo prácticamente el último reducto de la hipermasculinidad, donde se establece una jerarquía dependiente de esa masculinidad y donde lo femenino parece excluido. sin embargo, si nos fijamos detenidamente eso no es así. siguiendo el principio de que los extremos se tocan. en el bdsm se puede ver a un tío supermasculino sometido, y haciendo cosas que ningún varón heterosexual aceptaría. los inferiores, independientemente de su apariencia, lloran, suplican, se someten, cuidan, obedecen.... cosas que el machismo coloca exclusivamente entre las mujeres. lo irónico es que estos atributos, rechazados por los machistas, son valorados por el bdsm. un esclavo prepotente, dominante, es algo negativo y es rechazado. sin embargo lo contrario es algo valioso, muy valioso. en el bdsm lo Amos mandan, las normas están claras. no hay espacio para la confusión. uno manda y el otro obedece.

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