la puerta por la que se entra al bdsm es el placer, pero la estancia en la que se vive es el dolor. todos nos acercamos a este mundo guiados por nuestra entrepierna, y algunos se quedan ahí. sin embargo cuando avanzamos y nos damos cuenta de lo que va esto, comprendemos que es un camino de crecimiento y nada crece sin cierto dolor, especialmente cuando una parte fundamental de ese crecimiento es erradicar todo lo aprendido anteriormente. muchos están tan aferrados a esos principios y valores que es muy doloroso quitarlos. otros lo están menos y no duele tanto... pero siempre duele. tiene que ser así, no hay otro camino. es como cuando uno hace deporte. el dolor está, pero tiene sentido y merece la pena. quien se acerque al bdsm sólo para gozar, al menos para gozar con el placer, sólo se quedará en la superficie, en lo anecdótico y accesorio. lo realmente importante está oculto por lágrimas, gritos, dolor y humillaciones.... pero es infinitamente más placentero que nada que hayas experimentado en tu existencia.
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