la objetificación puede adquirir muchas formas, y tal vez sea esta la que más gusta al objeto: un gimp cubierto de latex y encerrado en una jaula, que además es tan estrecha que impide que el objeto se siente. la gran cantidad de candados hace que su movilidad sea nula. de hecho un collar de metal al cuello y unos grilletes en las manos lo mantienen en la misma posición permanentemente. como en otras ocasiones no hay rostro, no hay piel, no hay capacidad de acción.
sujetadas las muñecas y el cuello casi parecen inútiles los barrotes. al objeto sólo le queda esperar, aceptar. casi lo mismo pasa con el Dueño y el objeto. no es necesario tanto bondage, tanta mordaza. el objeto no se moverá y no hablará si el Dueño lo ordena. lo ata y amordaza porque lo desea, porque quiere, porque le da placer. esa es la única razón, la única que importa.
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