el objeto no es perfecto, ni mucho menos, y aún le queda mucho entrenamiento por delante. a veces no está centrado y, aún sin falta al Dueño y a sus normas, hace cosas que no son propias de un objeto, como tocarse a través de la jaula. no debería hacerlo, pero igual que tampoco debería hablar más de la cuenta, y sin embargo lo hace. la diferencia es que hablar es "necesario" si quieres relacionarte con los humanos pero tocarse no tiene justificación. ante esto el objeto no lo puede encontrarse a la benevolencia del Dueño.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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