miércoles, 1 de agosto de 2018

día 3121 de esclavitud, 1093 de castidad

el objeto se despertó temprano según el Dueño. durante la noche hizo bastante calor pero el objeto pudo dormir.
como casi todos los días, los primeros días cuando el objeto está aquí, el Dueño tiene que terminar asuntos así que hoy le dijo al objeto de pasar la mañana fuera mientras los arreglaba. las normas fueron claras:
-el objeto debía decir en todo momento donde se encontraba.
-no debía hablar con nadie a menos que fuera estrictamente necesario, nunca por iniciativa del objeto, salvo que tuviera que pagar, por ejemplo.
-el objeto tiene permiso para comprar cualquier cosa que pudiera necesitar o que encontrara, en clara referencia a los libros de berkana.
-debido al calor el Dueño permite ir con zapas.
después de ducharse y de tomarse un café y dos magdalenas el objeto sale a mostrar sus respetos al Dueño. de manera natural y sin pensarlo desde ayer el objeto se arrodilla y toca con su frente el suelo cada vez que el Dueño entra en la habitación y el objeto se encuentra con Él. no ha sido necesariamente una orden. ha ocurrido así espontáneamente. efectivamente ha hecho mucho calor pero soportable, al menos por la mañana.
el objeto ha seguido su ritual habitual y primero ha ido a d'mystic donde ha vuelto a desayunar leyendo el periódico y escribiendo en el diario. ha estado un buen rato allí y luego ha ido a berkana donde, efectivamente, ha encontrado unos libros. como siempre lo trataron muy bien.
justo saliendo de berkana llama el Dueño, que ha cambiado de planes y quiere llevar al objeto al prado a ver una exposición de bocetos de rubens. aquello deja al objeto desconcertado y le agrada a partes iguales porque disfrutar con el Dueño del arte es como unir placeres.
como hay que pasar por el arco de metales y el objeto llevaba una cadena de metal y el candado, el Dueño le ordenó volver a casa para quitárselo. es una excepción pero está justificado y además el Dueño ira, así que el objeto fue y el propio Dueño le quitó la cadena. también le ordenó que se quitara la jaula por si acaso. el objeto le dijo que no pitaba en los aeropuertos pero el Dueño no quería correr riesgos.
además, mientras el objeto se aseaba el Dueño le dijo:
-Y ponte las sendras. Si yo voy con botas porque me apetece, tú también las llevas.
y allí que íbamos, dos boteros por madrid a más de 30 grados. llegamos sin problemas al museo y vimos la exposición de rubens y una de lorenzo lotto, además de otra de pintura italiana sobre piedra, un tanto curiosa.
durante todo el tiempo se mantuvo la diferencia entre los dos, mostrando el objeto el mayor de los respetos de forma natural. antes de ver las exposiciones pasó que fuimos al baño y el Dueño fue a orinar a los urinarios, mientras que el objeto lo hizo pero sentado en un reservado. daba igual que no llevara la jaula y que pudiera hacerlo de pie, un objeto no puede orinar como un hombre, tenga o no tenga la jaula.
la exposición estuvo muy bien, y después de verla Dueño y objeto cruzaron la calle para comer en vips. el Dueño eligió la comida y estuvieron hablando un rato. al salir de allí fueron a casa.
nada más llegar el Dueño ordenó al objeto que se duchara y se pusiera las botas y la jaula de nuevo. antes de entrar en la ducha el Dueño le volvió a poner la cadena alrededor del cuello.
después de ducharse estaba el objeto en la habitación de su encierro cuando aparece el Dueño y le pone los grilletes. cuesta hacerlo porque no tienen candado ni enganche sino que es un tornillo que se enrosca. antes de salir el Dueño los enganchó por delante los dos grilletes quedando como esposado. el objeto pensaba que iba a ponerle el collar, pero no lo hizo y le dijo al objeto que se relajara, que El iba a tumbarse un rato.
el objeto se puso a escribir todo lo que había ocurrido y se sorprendió que pudiera hacerlo con las manos esposadas por delante pero pudo. los grilletes son pesados y fijos, no como las esposas una vez cerradas mantienen su tamaño constante y el objeto trabajó con ellos. en un momento dado fue a beber agua, algo que tenía permitido debido al calor sobre todo, y hacer cosas en la cocina con ellos unidos era espectacular. pensó el objeto si podría vivir siempre con los grilletes unidos por delante, de manera permanente.
poco más tarde y al encontrarse tan cansado, el objeto se tumbó, todavía con los grilletes unidos y durmió una siesta esposado. durante todo este tiempo estuvo amordazado con cinta americana. el Dueño tiene un rollo delante de la mesa del objeto para que la sustituya porque, como ordenó ayer, no quiere verle la boca más que lo estrictamente necesario, y esto es una de las pocas cosas que al objeto le cuesta hacer con los grilletes unidos, reemplazar la mordaza, porque el espacio entre ellos no permite que pueda arrancar un trozo lo suficientemente ancho de tira. con mucho esfuerzo y tras algunos intentos lo consiguió.
la tarde avanzaba y en un momento dado apareció el Dueño, y sacó al objeto de la habitación, no sin antes decirle que se cambiará las botas y se pusiera las que ayer no pudo ponerse. esta vez sí entraron y llevó al objeto a la otra habitación donde está el aire acondicionado. allí lo sentó en una silla de madera con espaldar y le unió los grilletes por detrás tras soltarlas por delante. le tiraban ligeramente los brazos pero lo que más sintió el objeto fue el peso de los grilletes.
a continuación ató fuertemente las botas con una cuerda y puso una tira de tela como mordaza dentro de la boca del objeto. luego puso otra más pero abierta, tapando la boca y ató ambas fuertemente tras el cuello del objeto. por supuesto esto no se resistió en ningún momento.
el Dueño se puso delante del objeto excitado, empalmado, y dijo:
-¡Excítame!- e inmediatamente el objeto empezó a moverse como si quisiera liberarse sabiendo que eso excitaba al Dueño.
-¡Gime!- dijo a continuación, y el objeto se puso a gemir no tardando el Dueño en correrse apenas unos minutos.
cuando ocurrió el objeto se quedó quieto esperando, sometido, entregado. no había ningún pensamiento en su mente, sólo obedeciera. entonces el Dueño apareció después de lavarse y quitó la primera mordaza de tela, la que cubrirá la boca dejando la que tenía el objeto metida dentro de la boca.
entonces el Dueño se acercó al oído del objeto y le susurra:
-No eres nada. No tienes derecho a nada. Vete muy abajo.
el objeto no tiene muy claro como expresar lo que pasó a continuación. la forma más gráfica tal vez sea como si lo empujaran por un acantilado y empezara a caer, o por un hoyo o un agujero. según el Dueño su cabeza cayó inmediatamente sobre el pecho del objeto. el objeto recuerda que perdió casi instantáneamente el control sobre su cuerpo. no pudo mover los brazos ni las piernas , ni ninguna otra parte. y siguió cayendo. era consciente de todo pero no podía hacer nada, ni interactuar con el entorno, ni hablar, ni moverse. estaba como en una especie de prisión. pensó que así debería sentirse alguien en coma.
y siguió cayendo y le pasaron ideas y cosas por la mente que no recuerda muy bien, hasta que empezó el dolor. primero fueron las extremidades por el peso de los grilletes era cada vez mayor pero no podía mover las manos ni siquiera para aliviar ligeramenta la tensión. luego fue la espalda y especialmente el cuello pero tampoco podría levantar la cabeza.
y siguió cayendo. notaba como babeaba pero no veía nada porque no podía cubrir los ojos pero notaba la saliva cayendo saliendo de la mordaza.
el Dueño entró y se acercó. tocó al objeto, cree que para comprobar si respiraba. le levantó la cabeza y la dejó caer, volviendo a su posición sobre el pecho. el objeto quería decirle que le dolía pero no podía. era ese dolor parecido al de después de un masaje o de haber hecho deporte. pero la mente del objeto no estaba embotada o apagada. era consciente pero se había producido una especie de cortocircuito entre la mente y el resto del cuerpo.
de pronto oyó otra vez la voz del Dueño"Vuelve a mi, ven hasta donde estoy. Te ordeno que vuelvas", dijo.
y sin saber cómo, el objeto estaba abriendo los ojos. lo siguiente fue que dijera unas palabras. "si, Dueño". y el objeto pudo decirlas con esfuerzo.
el Dueño separó los grilletes, aunque los dejó puestos, y le desató los pies con gran esfuerzo le ayudó a levantarse y a dar unos pasos. después le dijo el Dueño que había estado dos horas inmóvil, desde las seis y cuarto hasta las ocho y cuarto. el objeto nunca lo hubiera dicho porque había perdido la noción del tiempo.
con mucho cuidado, porque apenas podía caminar, pero sobre todo porque apenas podía hablar, llevó al objeto hasta su "celda" y lo sentó en el sillón donde se pusieron a hablar.
el objeto no podía expresar bien lo que había ocurrido salvo que no podía moverse ni reaccionar. si sabía que había sido una experiencia muy, muy intensa.
el Dueño le recordó cuando empezaron con esto y cómo hablaron de una palabra para desencadenar este estado, y lo innecesario que es ahora porque basta la voz del Dueño en una determinada frecuencia.
el objeto se sentía profundamente en paz, tranquilo y en calma, aunque también dio el Dueño que lo notaba en shock por lo ocurrido. el Dueño abrazó al objeto y le hizo caricias para que se sintiera protegido. esencialmente no fue diferente de otras experiencias que ya ha tenido el objeto y que se repiten cada vez que viene a servir al Dueño. lo que si nota es que van aumentando en intensidad, profundidad y fuerza. en ese estado cualquier palabra es como si fuera directamente a lo más profundo de la mente del objeto. es un grado de indefensión tal, de ausencia de barreras que el Dueño podría reprogramar al objeto por completo. el objeto siente que ahí no puede ejercer resistencia, ni poner ningún "pero". el Dueño podría hacer cualquier cosa con su mente. de hecho en estado natural lo puede hacer pro ahí es extremo, radical. no lo ha podido comprobar pero reflexionando, en ese estado, podría modificar recuerdos, introducir nuevos, cambiar creencias, podría hacer lo que quisiera. el Dueño podría modelar la mente del objeto a su gusto, porque lo que normalmente costaría semanas o meses de entrenamiento, en ese estado es inmediato. el Dueño tiene tanto poder....
por la noche cenamos y el Dueño deseó que el objeto viera la nueva versión de la novela Asesinato en el Orient Express. es muy compasivo y estaba preocupado por la experiencia de esta tarde.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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