viernes, 20 de julio de 2018

FdD oscuridades


entre penumbra y oscuridad. ahí vivimos los practicantes del bdsm y ahí nos gusta estar. por eso nuestro imaginario colectivo está plagado de sótanos, mazmorras, garajes y lugares donde la luz no entra demasiado. el objeto cree que no es tanto por vergüenza, sino por intimidad e intimidad entendida no como ajeno a la mirada de los otros porque no queremos que nos vean, algunos actos bdsm en fábricas o sótanos con de cientos de personas. hablamos de intimidad porque se desvela lo más profundo de cada uno. el bdsm no está en la superficie sino muy profundo en el interior. la Dominación y la sumisión requieren un trabajo de autorreflexión y autoconocimiento que muy poca gente ha hecho. si, el sexo duro es fácil pero ser Amo o esclavo, Superior o inferior requiere un trabajo, no sale espontáneamente. hay que conocerse, experimentar, buscar, incluso estudiar, aprender, probar, sentir, frustrarse con los fracasos y alegrarse con los éxitos, en definitiva dejar el alma desnuda y eso no puede hacerse a la luz, porque como dice esa cita evangélica, sería como echar las perlas a los cerdos. restregarse en la miseria de uno mismo para recibir un castigo del Amo, adorar sus botas, obedecer sus órdenes, servir a los Superiores no se hace en cualquier sitio, requiere intimidad porque hay mucho en juego. es muy intenso y hay tanta energía que muchos que intentan acercarse huyen despavoridos. enfrentarse a tus demonios tiene que hacerse en semioscuridad y, si tienes la suerte de que puedes convivir con ellos y entras en sumisión permanente, deseas que sea de esa forma, en silencio.

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