una de las cosas más intrigantes del bdsm para el objeto es el hecho de que pone en cuestión los estereotipos y los modelos sociales, en concreto el de la masculinidad. aunque es cierto que en el caso de los Superiores la refuerza, porque se potencia la imagen de macho dominante de una sociedad patriarcal, en el caso de los sumisos ocurre justo lo contrario. no deja de ser chocante ves a un inferior con una imagen muy masculina humillado, sometido, entregado, degradado. es como animalizar a un varón, que deja de serlo, deja de convertirse en hombre para ser otra cosa, un esclavo. los esclavos son propiedades y en el mundo contemporáneo es inconcebible considerar a un ser humano una propiedad, y sin embargo es eso precisamente lo que pasa cuando un Amo domina a un inferior. no es sólo una cuestión de que lo ate, algo que hace la policía a diario al poner unas esposas, es que le priva del habla, le produce dolor más o menos intenso y le coloca un collar como se hace con las mascotas y los animales. en ese caso, el de los animales, el collar indica que no es salvaje, sino que tiene dueño. el proceso es el mismo en un esclavo. el collar indica que es propiedad de otro y por tanto, no se pertenece a sí mismo. a veces los prácticamente del bdsm, especialmente los inferiores, no caemos en la cuenta de lo que esta última frase significa. ya no nos pertenecemos a nosotros mismos.
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