castidad y bondage, otra combinación ganadora, aunque en cierta forma innecesaria. si el sexo está encerrado bajo un cinturón de castidad metálico o una jaula ya no es necesario atar las manos, a menos que el bondage no esté vinculado con la castidad sino con la necesidad del inferior de sentirse indefenso y dependiente. en la mayoría de los casos el bondage es la forma física de activar un determinado estado mental, el subspace. algo ocurre en la mente cuando te ponen las manos a la espalda y te las atan. es como si bajaras un escalón, como si te dieras cuenta de que has entrado en un estado diferente. muchas veces el objeto se ha preguntado por qué esposan a alguien en las películas o en la televisión cuando es evidente que no va a escaparse. la respuesta es que este acto no pretende sólo que no hagas algo sino provocar en el prisionero este estado mental. con la castidad pasa lo mismo. por supuesto que si uno de lo propone casi siempre consigue la forma de zafarse de jaula y correrse. la jaula, cualquier jaula lo que pretende es crear un estado mental de sumisión y dependencia. por eso en todos los blogs y relatos le dan tanta importancia al clic, cuando el candado se cierra. ese sonido es único y da el pistoletazo de salida a ese estado de subspace.
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