las cadenas pueden ser muchas y de muchas formas, y de una manera u otra todos las tenemos. podemos estar encadenados a nuestros defectos, a nuestras comodidades, a nuestros hábitos, a nuestras seguridades, pero también a nuestros afectos, a nuestras debilidades, a nuestros temores e incluso a nuestros miedos. la vida humana es una constante tentación de esclavitud. quien piense lo contrario está encadenado a sus prejuicios porque la idea de la libertad absoluta puede convertirse en sí misma en una nueva cadena. lo característico de aquellos que vivimos la esclavitud voluntaria es que hacemos estas cadenas visibles, las abrazamos, las aceptamos y la sometemos a la voluntad de los Superiores. son Ellos los que deciden cual queda, cual se cierra, cual se corta y cual se aprieta aún más. irónicamente, hacer presentes las cadenas las hace más llevaderas. no se convierte en una carga. entran a formar parte de la vida y el inferior aprende a amarlas.
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