camino a casa, o a una fiesta, poco importa. a veces el bdsm se introduce en el mundo vanilla y lo cuestiona, lo interroga. ¿cómo es posible que vistan así? ¿por qué se arrodillará uno ante el otro? ¿qué les llevará a eso? ¿por qué me siento excitado viendo como lame esas botas? ¿lo humillante puede ser excitante? estas podrían ser algunas de las cuestiones que se plantean los "normales" cuando ven como nos comportamos los seguidores del bdsm. y ante ellas la reacción más frecuente es la del miedo y el rechazo, no porque sea moralmente reprobable lo que hacemos, sino porque ellos sienten cosas parecidas y les asusta decirse a sí mismos que son inferiores, o incluso Superiores y que les gustaría arrodillarse y servir a un Amo como el de la imagen de hoy. ese miedo luego se traduce en rechazo y violencia y en agresión en algunas ocasiones. los que tanto defienden la libertad y la igualdad acaban cayendo en su propia trampa y no aceptan lo diferente. por eso el bdsm es tan saludable, para toda la sociedad, porque es el reflejo de lo que rechazan, y por tanto, de aquello que más desean.
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