domingo, 17 de junio de 2018

día 3076 de esclavitud, 1048 de castidad

la mañana empezó temprano pero no demasiado. a eso de las nueve Dueño y objeto ya estaban desayunando en el vips de colón, ambos con botas, ambos cansados pero contentos.
por supuesto el Dueño eligió el desayuno del objeto. fue algo que no pasó desapercibido a esto.
el Dueño permitió al objeto hablar con El durante ese día. al salir de vips fuimos caminando al centro, hasta fnac. allí realizamos el ritual de comprar un cuaderno donde escribir el diario e intercambiamos libros.
de allí pasamos por berkana. como en otras ocasiones el objeto no pensaba comprar y al final encontró unos cuantos que no pudo evitar comprar.
durante todo el tiempo el objeto tuvo puesta la nueva jaula y sintió como si ya no llevara nada, como si no tuviera nada ahí debajo. se siente realmente castrado. al salir de berkana fuimos a un restaurante en hortaleza donde comimos bastante bien. fue un día casi normal pero donde nunca se cruzó la frontera. el Superior nunca dejó de ser Superior ni el inferior, inferior.
al terminar de comer fuimos al aeropuerto y llegamos con el tiempo más justo que en otras ocasiones. tomamos algo en la cafetería de siempre. luego el objeto tuvo que cruzar el control de seguridad. ese es siempre el peor momento, el más duro, cuando el Dueño le quita al objeto la cadena alrededor del cuello.
la espera fue más corta hasta embarcar en el avión. justos estábamos embarcados cuando pasó algo. el objeto estaba sentado en medio de una fila de tres. a su derecha se sienta un chico muy joven y de pronto aparece un señor gordísimo que apenas cabía en el sillón, de hecho tenía que ponerse de perfil para entrar. entonces el objeto le hizo una señal al sobrecargo y le dijo que ese señor no podía ir así. el hombre se lo agradeció muchísimo. incluso le dijo que se habla de homofobia, pero que existe una gordofobia. algunos en la misma circunstancia , dijo, se hubieran enfadado.
el tripulante de cabina se hizo cargo de la situación y buscaron un puesto para uno que estaba en la fila de la salida de emergencia y vino a decirnos que había un huevo. le dije al joven de al lado si quería ir, pero era demasiado joven, así que fue el objeto.
cuando salimos el señor pasó por el lado del objeto y le dio la mano y las gracias. hace unos años esta situación hubiera sino imposible completamente. el objeto habría sentido vergüenza y se hubiera quedado callado. ha sido el entrenamiento del Dueño el que ha permitido que pueda afrontar esta situación de esta manera.
el viaje fue sin mayores incidentes y el objeto llegó a casa agotado pero muy contento.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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