la vida, incluso la de un objeto, es una sucesión de altibajos. un día las cosas salen bien y otro nada parece cuadrar. hoy ha sido de los primeros. el objeto tenía que hablar por la tarde en público y dedicó la mañana a preparar lo que tenía que decir.
la tarde la pasó en el acto que tenía que hablar y que medio organizaba. todo fue bien y luego con permiso del Dueño, el objeto fue a comer con unos compañeros. al final se acostó a las dos de la mañana, algo que esto no hacía desde hacía un montón de tiempo. más que una fiesta loca fue una comida de relax después de la tensión sufrida ese día.
el objeto fue demasiado humano, especialmente durante la tarde y al final, cuando todo salió bien, se relajó tanto, que puede afirmar que se desinfló. lo mejor fue que suplicó permiso al Dueño y, aunque tenía que ir con chaqueta, llevó las botas de madrid, las que el Dueño regaló al objeto en su último viaje. fue una forma de que El estuviera presente durante todo el acto, una forma de honrarle.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
sábado, 9 de junio de 2018
día 3068 de esclavitud, 1040 de castidad
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