una de las cosas más excitantes del bondage es el sentimiento de indefensión que produce. cuando un inferior está atado experimenta la situación de que no controla su entorno, nada de lo que le pasa. podrían golpearle, pegarle, insultarle, incluso matarle y él no podría hacer nada para evitarlo. para muchos es una sensación inaguantable, sobre todo para algunos Superiores, pero los inferiores la buscamos desesperadamente porque pocas cosas expresan mejor la naturaleza de un inferior que ese sentimiento de indefensión. si además como es el caso, se añade el cuero, entonces podemos afirmar que las sensaciones se multiplican. bien sea con cuerdas, cadenas o esposas el resultado es el mismo: comprender y comprobar que no eres nada y que dependes de los Superiores para existir.
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