la vida de los Superiores es complicada, siempre eligiendo, siempre gobernando y llevando a sus inferiores por el buen camino, haciendo que ellos sea realicen mediante el servicio y la obediencia. es normal que a menudo lleguen cansados y agotados. algunos inferiores pueden tener la tentación de que, en ese momento precisamente, les dediquen atención, posiblemente porque han estado fuera todo el día. entonces se comete un grave error. ningún inferior merece atención nunca, el Superior se la da si lo desea. la manera correcta de actuar es facilitar la vida al Superior, darle reposo, hacerle descansar, y sólo si El así lo ordena, ponerse a su servicio, o bien quitándole las botas, preparándoles un baño o sirviéndoles sexualmente dándoles placer. un inferior no exige nada, no pide nada, porque en el fondo no merece nada. todo en su vida es un regalo de los Superiores.
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