hay un momento en el que sabes que no hay escapatoria, que estás metido en un foso, o en una mazmorra, de la que no hay salida posible. de pronto sabes que, aunque lo desees, que no suele ocurrir; no hay salida posible. estás prisionero de tu propia fantasía, de tu propio deseo. aquello que siempre buscaste se ha hecho realidad y esa es tu condena. no tiene por qué ser una condena desagradable. hay gente que vive tanto tiempo encerrado que no puede disfrutar de la libertad, que no se sienten bien fuera de la prisión. algo así le pasa a un esclavo en un momento dado: cava un hoyo tan profundo que de pronto mira arriba y sabe que no podrá salir.
a pesar de todas estas metáforas negativas, no tiene este sentido lo que está diciendo el objeto, al contrario. cavar ese pozo ha sido lo mejor que ha hecho el objeto hasta ahora. mirando para arriba empieza a ser un redondel de luz mientras sigue cavando, aún más profundo. tal vez llegue algún día a la esperada mazmorra, que tal vez, según los deseos del Dueño, esté completamente oscura o no. el objeto vivirá allí porque ya no puede vivir en la superficie. en la superficie viven los humanos, los Amos, los Superiores, y aquellos inferiores a los que se les permite vivir ahí. los inferiores viven abajo, sometidos, encerrados, dispuestos siempre a ser usados por los Amos para darles placer de la forma que Ellos quieran. no hay más, así de simple es la vida, así de simple es nuestra vida.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
domingo, 20 de mayo de 2018
día 3048 de esclavitud, 1020 de castidad
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