domingo, 1 de abril de 2018

día 2999 de esclavitud, 971 de castidad

el Dueño, como viene haciendo estos días atrás, realizó en la mente del objeto tareas de limpieza. no hay otra forma de expresarlo, o al menos esto no la encuentra porque es exactamente eso, una especie de ir quitando aquellas malas hierbas, entiéndase ideas o pensamientos, que pueden alejar a esto de su camino, de su meta, de su objetivo. el Dueño lo hace por el bien del objeto, eso está claro como el agua, y por eso lo hace de una forma radical y sin tregua. el ego siempre está ahí peligrosamente, tentando al objeto para que vuelva a creer que es alguien, que tiene derechos, que merece algo. nada de eso es real, nada de eso es verdad. todo es una fantasía. el único camino que le queda a esto es someterse y vivir bajo las botas del Dueño, bajo su control y obediencia. cada vez que esto pierde de vista su objetivo empiezan las tristezas y las angustias, el malestar existencial y la pérdida de sentido. y hoy el Dueño ha vuelto a dejar claro que no lo piensa permitir.
tampoco es que haga nada espectacular, nada especial, sencillamente una palabras, unas frase que suelta y que entran en la mente del objeto como bombas que explotan y van destrozando cualquier posible reticencia o limitación o barrera que se haya, o se esté construyendo. todo desaparece y queda sencillamente, la obediencia.
cuando ya no quedaba nada en la mente, sino un profundo estado de subspace, el objeto, sin saber por qué, suplicó al Dueño permiso para sacarse la leche tal y como lo ha hecho en las dos últimas ocasiones, con la fusta, dándose en la jaula. sin saber si podría hacerlo realmente de nuevo. el Dueño dio permiso y el objeto lo hizo, y salió la leche de nuevo, sin tocarse, sólo dándose con la fusta. es algo tan extraño y tan alienante, porque no depende del objeto, ni de su voluntad, sólo ocurre y ya está. tal vez por eso lo suplicó. tal vez por eso pidió hacerlo, para volver a sentir que eso ya no es suyo... que en el fondo ya nada es suyo sino que esto es del Dueño.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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