martes, 13 de febrero de 2018

día 2952 de esclavitud, 924 de castidad

es sorprendente como hace falta un tiempo de calma, de silencio, para darte cuenta de lo perdido que puedes llegar a estar. el silencio es importante, no porque evita que, como inferior, metas la pata, o faltes el respeto, o cometas una imprudencia. es necesario porque en el ruido el ego se siente cómodo y actúan, haciéndote olvidar que eres un inferior, que no eres nada y que no tienes derecho a nada. igual que el inferior debe estar en silencio ante su Amo, Dominante, Dueño y Señor, atento a cada una de Sus Palabras para obedecerlas, debería estar en silencio el resto de su vida para que esas palabras sean las únicas que resuenen. es posible estar entre gente estando en silencio, pero de vez en cuando es necesario volver sobre uno mismo y estar sólo.
hoy el Dueño permitió al objeto salir a comer con un grupo de amigos del objeto. no fue algo ruidoso, sino calmado. la comida se convirtió en sobremesa larga y la sobremesa en cena. el objeto llevaba las botas y la jaula y, en medio de todo aquello, hablando, pasándolo bien, comiendo algo más de la cuenta, por lo que el objeto tendrá que suplicar perdón al Dueño, esto sintió que no se perdía, que mantenía la calma y el silencio. tuvo en mente al Dueño y fue consciente en todo momento que estaba allí de prestado, que no merecía estar allí, que lo estaba porque así lo quería el Dueño, porque El lo había permitido. no fue algo ajeno a la sumisión, a la obediencia, a la entrega o al control que ejerce el Dueño sobre toda la vida del objeto.
esto sabe que está enjaulado, prisionero, sometido y que no podrá escapar de esa situación. la comida de hoy fue por obediencia, igual que todo lo demás que ocurre en su vida. todo está controlado por el Dueño. eso es así. no hay más. no hay discusión, ni cuestionamiento. esto acepta lo que es y que no puede ser de otra manera. cualquiera podría pensar que el objeto ha tenido hoy un "día libre"; un día de asueto. no es así. esto ya no tiene "días libres". porque su mente está dominada por el Dueño, no hay forma de que pueda vivir "libremente" de ninguna manera. en algún momento del proceso el antiguo yo del objeto, fruto del ego, aquello que se había construido falsamente después de años de socialización y adoctrinamiento, de estudio reglado y de interiorización de normas sociales, se rompió. entonces apareció claro y diáfano lo que era, su naturaleza, algo de lo que sólo el Dueño se había dado cuenta. hoy, comiendo y cenando, participando en la conversación, sintiendo las botas y la jaula presionando su pene, el objeto supo que no había marcha atrás. no hay forma de volver a ser esa persona, de dejar de ser un objeto.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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