el objeto sigue enfermo, un problema de garganta. resulta irónico, como dijo el Dueño, que ahora tuviera que estar sin hablar obligatoriamente. está siendo un invierno muy duro, al menos desde hace dos semanas porque hace frío y aquí no estamos acostumbrados.
el problema es que, en el trabajo, el objeto tiene que hablar, y mucho. eso no le da oportunidad de recuperarse. para hacerlo realmente, para ponerse bien de verdad, tendría que estar encerrado en silencio amordazado duramente semanas, o dos.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
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