servir y obedecer al Dueño, esa es la razón del objeto para vivir, para levantarse cada mañana. las botas, el cuero, el latex, la jaula, son manifestaciones externas de esta única realidad. por eso el objeto ha suplicado perdón al Dueño por no estar donde está El y servirle como se merece. un objeto debería estar a los pies del Dueño cada día para lamer sus botas.
en períodos como el actual, en el que el objeto tiene tantas cosas que hacer, tantas reuniones a las que acudir, tanta gente con la que hablar y tratar; es cuando más añora una vida dentro de una mazmorra. puede llegar entonces que otros no comprendan su ansia de silencio, de ser controlado, de tenet una vida organizada hasta lo más mínimo, de una existencia dirigida por otro, pero eso añoramos los inferiores, obedecen sin tener que pensar o decidir, sabiendo que otro hace eso por nosotros y para nuestro bien.
en la vida se va tanta energía en cosas controladas por el ego, que cuando te das cuenta, solo quieres quitártelo de encima para vivir de otra manera, a otro estilo. no es algo muy extendido, ni aceptado socialmente pero es el estilo que desea y espera vivir el objeto. desde una cierta lógíca ¿quien querría vivir enjaulado y encadenado? pero desde otra, en la que comprendes el problema irresoluble de la libertad ¿quién no querría?
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
miércoles, 7 de febrero de 2018
día 2946 de esclavitud, 918 de castidad
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