cuando un objeto, o este objeto, dice que no tiene derecho a nada, realmente no tiene derecho a nada. eso incluye su capacidad de decisión, su capacidad de opinar, incluso de pensar determinadas cosas. hoy, en conversación con el Dueño, este "no tener derecho a nada" se ha traducido también en no tener derecho a comer nada que no sea lo estrictamente necesario para mantenerse en pie y en forma para servir al Dueño. es una forma como otra cualquiera de controlar el peso pero que además se convierte en un ejercicio de sumisión. si viviéramos en época de la esclavitud clásica, un esclavo sería mantenido con lo justo para poder seguir haciendo su trabajo. nada de caprichos, lujos o excentricidades. ahora el Dueño desea que el objeto viva según ese mismo criterio, y ha dado unas normas muy concretas: azúcar sólo cafe mañana y tarde; nada de bebidas con gas, hidratos, pan o salsas; tampoco dulces. cada día confesar lo ingerido y pesarse cada domingo para ver los progresos. una nueva vuelta de tuerca cuando uno pensaba que no podría dar más ante cualquier aumento del control el objeto sólo puede decir, humildemente, gracias Dueño.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
domingo, 4 de febrero de 2018
día 2943 de esclavitud, 915 de castidad
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1 comentario:
Vaya régimen más estricto, aunque te ha preparado muy bien ya para soportar un cambio tan drástico. Impresionante
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