el objeto está a punto de caer enfermo. sigue lloviendo mucho y hace mucho frío, al menos para los estándares de aquí. eso provoca que el objeto tenga el cuerpo cortado. no es la mejor situación para estar excitado o exaltado, así que el objeto se ha vuelto sobre sí mismo, ensimismado. por la tarde ha estado en casa escribiendo y descansando abrigado. no tenía muchas ganas de trabajar, no porque no quisiera sino porque no se encontraba bien, aún así pudo escribir algo.
el objeto cree que aún no ha llegado a captar la auténtica dimensión de determinadas cosas que dice el Dueño. es cierto que las reflexiona, las piensa, las medita, pero no asume todavía todas sus consecuencias. cuando, por ejemplo, el Dueño le dice al objeto que hablar va en contra de su propia naturaleza, el objeto lo escucha y el mensaje llega a su mente, pero sólo es después de un tiempo de reflexión cuando cae en que efectivamente es así. siendo un objeto, lo más bajo en la escala, no tiene ningún sentido hablar. por la jerarquía natural, hasta el esclavo más bajo es superior al objeto, por lo que su opinión, sus deseos o sus pensamientos, están por encima de los del objeto. el objeto nunca tiene razón. la opinión del objeto no vale nada. el objeto no tiene capacidad de decisión. ¿para qué hablar? es algo innecesario, superfluo, contrario a todo lo que el objeto es. como dice el Dueño, hablar va contra su naturaleza.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
viernes, 2 de febrero de 2018
día 2941 de esclavitud, 913 de castidad
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