lunes, 22 de enero de 2018

día 2930 de esclavitud, 902 de castidad

volver a la rutina es complicado, especialmente después de haber disfrutado de lo que podría ser la vida del objeto. como en los últimos viajes el objeto pasó encerrado en una habitación desde el viernes al mediodía hasta el domingo por la mañana. la mayor parte de ese tiempo estuvo amordazado y pudo leer, escribir, pensar, meditar, relajarse, descansar pero sobre todo, servir al Dueño dándole placer. lo interesante de este viaje es que ha habido relativamente poco cuero, poco latex, mucha bota, eso sí; pero tampoco era necesario. el Dueño es quien establece la pauta, quien marca lo que desea y el objeto sencillamente obedece. de eso se trata, de que la vida como objeto gire alrededor de la del Dueño como Amo, Dominante, Superior...
ahora toca volver al trabajo pero el objeto lo hace con otro ánimo, con otro espíritu, con otro carácter. el Dueño se lo ha dicho "Nada de lo que pase en el trabajo debe importarte, porque no deseas nada de lo que quieren los otros". es una nueva paradoja, porque estando por debajo de todos, nada le afecta, como si estuviera por encima. si nos paramos a verlo detenidamente, tiene su sentido. ¿qué le importa a un animal, a un ser inferior, un perro o una hormiga, nuestras luchas de poder por envidia, rencor, sentimientos de inferioridad....? nada están por "debajo" de todo eso, lo que los coloca "por encima". en el fondo es una filosofía fantástica. no tener que depender de emociones, rencillas y comportamientos infantiles.
el problema es que a veces el objeto olvida esta perspectiva y se deja arrastrar por el mundo de los humanos. ahi es cuando empiezan los problemas para esto, y se hace necesaria la intervención del Dueño, centrando al objeto. por ahora no es necesario que lo haga, en el espíritu del objeto aún está presente el sentimiento de humildad que el Dueño exigía en cada momento, y esa es la mejor forma de seguir adelante.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.

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