el objeto ha vuelto hoy a darle vueltas a lo del silencio porque su entorno estaba especialmente escandaloso. no es sencillamente que la gente grite o hable alto, es sobre todo, su deseo y necesidad de imponer su criterio sobre el de los demás. cuando alguien levanta la voz básicamente, lo que está haciendo es eso, intentar imponerse.
luego está el otro efecto, el del vaciamiento. cuando alguien no para de hablar es como si se vaciara él, pero es que también vacía a todos aquellos que tienen que escucharlo. es una cuestión de agotamiento, que se acaba produciendo, la verdad. por eso el valor del silencio para un inferior no sólo demuestra que no tiene nada que decir, nada que aportar, es que además ante las órdenes del Amo no hay que pronunciar palabra. responder a un Amo tal vez sea la falta más grave de un inferior, la más terrible y la que merece un castigo mayor, tal vez sólo superado por la desobediencia.
hoy el objeto ha echado de menos todo esto, todo el silencio y el tono bajo que crea armonía, no los gritos impositivos de los egos luchando por imponerse. tal vez tenga que producirse el gran salto para que de verdad el objeto pueda vivir en silencio, en ese silencio obediente y radical. a menudo lo compara con la castidad pero el objeto ya vive en castidad sin necesidad del Gran Salto. ojalá pudiera hacer lo mismo con el silencio.
sumisión en silencio, castidad y obediencia ciega.
lunes, 18 de septiembre de 2017
día 2804 de esclavitud, 776 de castidad
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